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La manera más adecuada de escribir guiones de teatro

No existe un solo método cuando se trata de escribir una obra de teatro cuando somos los autores, es por eso que resulta algo complicado encontrar buenos manuales que contengan todas las respuestas. Antes de escribir una obra, te recomendamos hacernos algunos de los siguientes cuestionamientos: 

Historia que vas a contar: La musa que te inspira se puede presentar de distintas formas. Pero todas tendrán ciertamente un punto de partida que puede girar en torno a cualquier situación divertida, un diálogo ocurrente o un personaje que sea interesante. También debemos contar con una temática que sea concreta, pues podría suceder que un día nos apetezca escribir sobre un tema bastante concreto. Algo que se encuentre de actualidad, o algo que te haya tocado la fibra. Finalmente debemos pensar en el público, ya que debemos mantener en mente siempre al tipo de espectador que verá nuestra obra, o incluso por quién será interpretada, ya que ésta puede ser la mejor manera de dar en el clavo. 

Manera de estructurar la trama principal: una vez que hayamos seleccionado la línea general del guión, debemos definir la trama principal. En su mayoría, las  historias están estructuradas en torno al paradigma de los 3 actos, el mismo fue acuñado por Syd Field:

  • Acto I: Planteamiento. Se hace la presentación de los personajes y un primer «incidente», el mismo será el que desencadene los eventos principales de la obra.
  • Acto II: Confrontación. Los personajes principales son confrontados con obstáculos que les impiden resolver el conflicto. En el medio de la trama, deben A mitad, deben encontrarse en el punto más alejado de la resolución, y ya llegando al final debe suceder algo que los ponga nuevamente en el buen camino, directo hacia el último acto.
  • Acto III: Resolución. En este momento se plantea un punto de confrontación máxima en el que los personajes se enfrentan con sus opuestos y resuelve para llegar al desenlace final. Finalmente, es posible plantear un momento de calma donde se recupera el equilibrio y podemos saber de los personajes principales luego de lo acontecido. 

Cantidad de personajes: apelaremos al mínimo que nos permita contar la historia. Al momento de definir la trama principal, esto nos dará posiblemente 2 o 3 personajes principales, aunque también es probable que necesitemos más a fin de para completar nuestra historia.

En todo caso, debemos mantener ese número lo más bajo posible. Y es sencillo, ya que a mayor número de personajes, mayores será la dificultad logística en el montaje. Lo ideal es pensar que, a diferencia de las novelas o del cine, agregar personajes a una obra de teatro puede tener un coste elevado.

Cuando se trata de una película, se le puede adicionar un personaje fácilmente con dos líneas, porque el actor que lo interpreta irá al rodaje una mañana, grabará sus dos líneas y se marchará. En el caso del teatro, contar con otro personaje más, se traduce como que el actor que lo interpretara tendrá que estar en todas las funciones y participar en los ensayos.